Lo ideal es cambiar los cuatro. En caso de que solo uno de ellos se encuentre dañado lo recomendable es cambiarlos en pares: los dos delanteros o los dos traseros.
Cuando la suspensión esté demasiado blanda (al pasar por un tope o un bache el auto se bambolea demasiado) o demasiado dura (cuando hace ruidos raros o truena).
Cuando se escuche algún ruido raro o golpeteo.
Cuando el auto se vaya de lado.
Cuando al frenar brinquen las llantas.
Cuando el volante tenga demasiado juego.