El sistema de frenos de un automóvil -sea sedán, deportivo o SUV- es el componente MÁS importante del vehículo y su óptimo funcionamiento es de vital importancia para la seguridad de sus ocupantes, insistimos el correcto funcionamiento los FRENOS es una prioridad.
Los vehículos actuales suelen tener sistemas de frenos de disco en las cuatro ruedas, en algunos casos aun podemos encontrar vehículos con frenos de tambor en el eje trasero, pero cada vez son menos comunes, o son utilizados en vehículos de baja potencia y de uso más bien enfocado al transporte citadino o de carga.
Los frenos de disco fueron desarrollados primero para los aviones y en los años 50 se empezaron a usar en autos de carreras, hasta que se hicieron comunes en los autos particulares debido a su buen funcionamiento y confiabilidad.
Con el advenimiento de la electronica su funcionameinto fue mucho más preciso y seguro gracias al sistema ABS que evita que los frenos se “bloqueen”, gracias al sistema ABS se desarrollaron guizmos paralelos como los Controles de Estabilidad y Tracción.
Para frenar un vehículo se requiere que dos elementos de fricción, uno es el disco de freno -o tambor en su caso- y el segundo elemento son las pastillas de freno o mejor conocidas como Balatas, ambos elementos se friccionan entre si mediante un mecanismo hidráulico accionado por el pedal de freno y así se disminuye la velocidad
Las pastillas de freno -o Balatas- son las que más pronto presentan desgaste, y aunque su duración puede ser de miles de kilometros hay que revisarlas constantemente y en su caso cambiarlas. Los rotores o discos tambien están diseñados para irse degradando con cada frenada, su duración también es de miles de kilometros, pero en cada cambio de pastillas deben ser “rectificados” y las pastillas deben ser “conformdadas”, ambos procesos son necesarios para que las superficies de fricción de ambos componentes sean perfectamente lisas para un mejor funcionamiento al momento de someterlas a una fuerte fricción al pisar el pedal que acciona una bomba hidráulica que hace fluir el líquido de frenos hacia las mordazas (calipers) y que las balatas “muerdan” a los discos y el vehículo aminore la velocidad por la fricción de esos dos componentes.
Un componente que pasa un poco despapercibido son las mangueras de frenos -tambien conocidas como “Latiguillos”- y pese a que están fabricadas en materiales muy resistentes, en su mayoría son de polivinilo con acero trenzado, están sujetas a condiciones de operación muy demandantes ya que además de soportar altas temperaturas durante su vida útil están sujetas a todos los elementos climáticos y siempre están impregnadas de agentes contaminantes que poco a poco van minando su resistencia y se pone en riesgo su correcta operación.
Se recomienda realizar inspecciones visuales y limpieza cada cinco mil kilómetros y estar al tanto del correcto desgaste de los elementos de fricción -Discos, Tambores y Balatas-.
Frecuentemente hay que verificar el nivel del líquido de frenos y cambiarlo en su totalidad cada dos años o 20 mil kilómetros.
Las Mangueras o Latiguillos se empezarán a cuartear a los dos o tres años, y se recomienda cambiarlas en cuanto eso suceda, se pueden sustituir las mangueras por unas “blindadas” que están fabricadas del mismo material que las originales, pero tienen un forro de acero trenzado que las protege más de los elementos externos y que además resiste mucho más la expansión volumétrica provocada por las altas temperaturas del liquido hidráulico que fluye por ellas y que hacen que el sistema completo funcione.
Las fallas repentinas en los sistemas de freno modernos suelen ser pocas si se tiene un hábito de revisión y mantenimiento constante. Las piezas que comúnmente hay que sustituir son las balatas o pastillas y los rotores de freno y sustitución de empaques en los calipers en caso de ser necesario. En vehículos con 50 mil km o más hay que vigilar el estado de la bomba hidráulica y el correcto funcionamiento de todos los sensores electrónicos del sistema ABS y de desgaste de las pastillas (balatas) y en caso de encontrar anomalías hay que sustituirlos por seguridad.
En el mundo de la personalización de automóviles todo el mundo piensa en como ganar poder y potencia, pero pocos le dan la misma importancia al sistema de frenos.
¡Si vas a aumentar la potencia de aceleración de tu motor, debes aumentar la potencia de frenado de tu vehículo en la misma proporción!
El sistema de frenos original (OEM) se puede mejorar con algunos sencillos pasos, los discos (rotores) pueden perforarse y ranurarse para una mejor disipación de calor y también se deben cambiar las mangueras (latiguillos) y mejorar la calidad de líquido de frenos con nomenclaturas DOT4 ó DOT5.
Si el nivel de modificación del vehículo supera los 50 hp es recomendable sustituir el sistema de frenos original por unos más grandes y eficientes, en el mundo del tuning eso se conoce como “Big Brakes”.
El cambio consiste en sustituir casi todos los componentes de frenos del vehículo, y la adición consiste en:
Los vehículos con blindajes perimetrales son más pesados, eso significa que el desgaste de todos los componentes del sistema de frenos sufrirá mayor fatiga por las condiciones de operación sujetas a mayor stress por la mayor masa dinámica.
Las inspecciones y en su caso los mantenimientos deberán realizarse con mayor frecuencia, lo más recomendable es cada 5 mil kilómetros.
Sugerimos mejorar el sistema de frenos para un vehículo blindado (hasta Nivel lll) con unos discos hiperventilados, cambio frecuente de balatas -por unas de óptima calidad-, cambio de mangueras de frenos por unas de acero.
Hay que vigilar el estado de la bomba hidráulica y el correcto funcionamiento de todos los sensores electrónicos del sistema ABS y de desgaste de las pastillas (balatas) y en caso de encontrar anomalías hay que sustituirlos por seguridad
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