Respirar aire limpio en tu auto también es parte del mantenimiento.
Muchas personas no lo saben, pero tu coche no tiene solo un filtro de aire, ¡tiene dos! Uno está destinado al motor y el otro a la cabina. Ambos cumplen funciones distintas, pero igual de importantes, y mantenerlos limpios es esencial para el buen funcionamiento del vehículo y para tu salud.
El filtro del motor se encarga de evitar que el polvo, la suciedad y otras partículas entren al motor, protegiéndolo del desgaste prematuro. Por otro lado, el filtro de cabina purifica el aire que tú y tus acompañantes respiran dentro del coche, atrapando polen, esporas de moho, polvo y otras impurezas del ambiente.
En zonas urbanas con alta contaminación y mucho tráfico, como ocurre en muchas ciudades grandes, los filtros de cabina tienden a saturarse más rápido. Por eso, en lugar de cambiarlo cada 15,000 o 20,000 km como indican muchos manuales, lo más recomendable es revisarlo cada 6 meses o incluso antes si conduces diariamente por avenidas con mucho tránsito.
En el taller, con frecuencia nos encontramos con filtros de cabina que nunca han sido cambiados. Algunos están tan sucios que sorprende pensar que alguien estuvo respirando ese aire durante meses, incluso años.
Esto no solo afecta la calidad del aire, sino también puede influir en el desempeño del sistema de aire acondicionado o calefacción del vehículo. Un filtro de cabina obstruido puede generar malos olores, empañamiento excesivo en los cristales y hasta aumentar el consumo de combustible si el sistema tiene que trabajar más de la cuenta.
Así que si usas tu coche todos los días, no esperes a sentir que el aire huele raro o que tus alergias empeoran. Incluye la revisión del filtro de cabina en tu mantenimiento preventivo regular y respira aire más limpio dentro de tu auto.
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